:)

:)

jueves, 30 de enero de 2014

                                                 

              


La Hoja

Concepto

Las hojas (del latín folĭa) son órganos de una planta vascular, reconocidas por ser planas, estar arriba del suelo y estar especializadas para la fotosíntesis, a pesar de que existen variedades que no son planas (como las coníferas), que no están arriba del suelo o que no poseen habilidad fotosintética alguna (como las espinas).


Sin embargo, las hojas que sí cumplen con las características mencionadas anteriormente, suelen tener superficies lisas que maximicen su exposición a la luz, además de poseer estructuras internas que expongan al máximo a los organos fotosintéticos, como los cloroplastos. Por su parte, existen muchas otras especies de hojas que pueden moderar la cantidad de luz y calor que reciben, y muchas incluso sacrifican exposición a la luz solar a cambio de protección contra animales herbívoros.



Estructura externa de la hoja 




Vaina
 
En botánica, la vaina foliar es un ensanchamiento del pecíolo o de la hoja que envuelve el tallo como ocurre en las gramíneas y muchas apiáceas.
Puede rodear al tallo muy claramente, como es el caso de la vaina cilíndrica de las gramíneas, o directamente no existir. Algunas vainas llevan una prolongación membranosa en su parte superior llamada lígula.

                                                                      Peciolo

El peciolo o pecíolo (del latín petiolus, forma diminutiva de pes pedis, pie, tronco de una planta) es el rabillo que une la lámina de una hoja a su base foliar o al tallo. Falta en las hojas sésiles.
El peciolo puede ser una característica determinante para la identificación de la planta.
El peciolo se desarrolla en la fase germinativa de la plántula, en el tejido embrionario llamado hipocótilo. Del alargamiento del hipocótilo surge el cotiledón o plúmula (tejido precursor de la hoja) y el terminal o meristemo apical


                                                                         Nervadura

La nervadura es la distribución de los nervios que componen el tejido vascular de la hoja de una planta. Se ubican en el estrato esponjoso del mesófilo de la hoja; a través de ellos circula la savia, comunicando los órganos de la hoja con el resto de la planta.

                                                                              Haz

En Botánica se llama haz a la cara superior o cara adaxial del limbo de la hoja de una planta. Se diferencia del envés en que no posee estomas, tiene una cutícula algo más gruesa y posee menor abundancia de tricomas. Su color suele ser más oscuro que el del envés (como máximo pueden llegar a ser del mismo color).
                                                                             Ápice

En botánica, este término expresa el extremo superior o punta (del latín apex, con el mismo significado) de la hoja, del fruto, etc. El adjetivo apical se puede aplicar a flores, frutos, con el significado de el más distal. Distal, a su vez, es lo que se sitúa hacia el extremo opuesto a la base o parte basal del órgano en cuestión.
                                                                             Envés 

En Botánica se llama envés a la cara inferior o cara abaxial de la lámina o limbo de la hoja de una planta. La epidermis del envés suele ser diferente de la del haz o cara superior; casi siempre presenta una cutícula más fina, mayor densidad de estomas y, frecuentemente también, mayor abundancia de tricomas (pelos epidérmicos). Casi siempre es de color más claro que el haz.

 

Clasificación de las hojas

Tipos de hojas según su disposición de tallo

La diversa disposición de las hojas en el tallo se estudia mediante una parte de la botánica llamada filotaxis. Las hojas nacen en puntos determinados del tallo, los cuales vienen condicionados por la estructura de los llamados meristemos apicales primarios. Estos puntos se denominan nudos y el espacio de tallo situado entre dos nudos consecutivos se llama entrenudo.
Las hojas se sitúan en los nudos a lo largo del tallo según diferentes órdenes, e incluso con cierto desorden (las llamadas hojas esparcidas); a veces se disponen varias juntas en un mismo nudo formando un verticilo (hojas verticiladas); en otras ocasiones se muestran dos hojas en cada nudo enfrentadas entre sí (opuestas), etc.



  • Aisladas: cuando en el tallo sólo hay una hoja por nudo.
  • Verticiladas: cuando en el tallo hay varias hojas por nudo, es decir, en un mismo nivel.
  • Pecioladas: cuando las hojas están unidas al tallo mediante un pecíolo (rabo).
  • Alternas: si las hojas están dispuestas siguiendo una línea espiral a lo largo del tallo, es decir, nacen   de una en una a lo largo de él.
  • Opuestas: si dos hojas están insertadas en el tallo a igual altura, una enfrente de otra.
  • Decusadas: cuando dos pares sucesivos de hojas se sitúan en planos perpendiculares entre sí, es decir, cuando cada par de hojas se disponen de manera que forman ángulo recto con el superior e inferior inmediatos.
  • Sésiles: cuando las hojas no tienen pecíolo (rabo). Se denominan decurrentes cuando nacen abrazadas al tallo.
  • Esparcidas: si la disposición de las hojas no sigue ninguna pauta.


Tipos de hojas según la característica

Según la composición de las hojas en base a las características y aspecto del limbo, se las clasifica en simples o sencillas y compuestas. En las primeras, el pecíolo no se ramifica, siendo el limbo de una sola pieza.
Las hojas compuestas presentan el limbo dividido en hojitas (los folíolos) que a su vez pueden subdividirse. La diferencia entre una hoja verdadera y un folíolo (que pueden ser grandes), reside en que en la axila de la primera hay una yema, de la que carecen los folíolos.
Las hojas simples pueden:
Paripinnadas: cuando disponen de un número par de foliolos.
Imparipinnadas: cuando se muestra un foliolo terminal, y por tanto existe un número impar de foliolos.
Según la forma del limbo, las hojas se pueden clasificar en:


  • Acorazonadas: cuando su forma recuerda la de un corazón.
  • Lanceoladas: cuando presenta una forma de lanza. 
  • Sagitadas: cuando su forma recuerda la de una saeta.
  • Elipticas: cuando presenta la forma de una elipse.
  • Ovaladas: cuando tiene forma de óvalo. 
  • Compuestas palmeadas: cuando una hoja compuesta presenta divisiones o foliolos dispuestos como los dedos de una mano. 
  • Compuestas trifoliadas: cuando una hoja compuesta presenta tres divisiones o foliolos.

Tipos de hojas según su borde
Las hojas también se pueden clasificar por su borde. Éste puede ser liso (entero); presentar indentaciones (borde dentado o con pequeños entrantes); hendiduras más o menos acusadas (borde lobulado, festoneado, partido), etc.



Tipos de hojas según su duración

Las hojas también pueden clasificarse de acuerdo a su duración en el tiempo. Se dividen en: caducas (si sólo viven un periodo vegetativo y caen a su final), perennes o persistentes (duran más de un periodo vegetativo) y marcescentes (si ya secas, se mantienen en el árbol hasta la formación de las próximas).


Modificación de las hojas

Entre las modificaciones que pueden adoptar las hojas destacan las brácteas, las piezas florales, los zarcillos foliares, las escamas, las espinas foliares, las ascidias y los filodios.


  • Las brácteas son hojas modificadas, de cuya axila nacen ramas florales; su aspecto, forma y color son muy variados.
  • Las piezas florales (estambres, carpelos, pétalos y sépalos) también son hojas modificadas.
  • Los zarcillos son hojas que se transforman totalmente, o sólo en ciertos folíolos, en filamentos cilíndricos, sencillos o ramificados, que se arrollan alrededor de los soportes, ejemplo del guisante o la calabaza.
  • Las escamas o catáfilos, son hojitas, a veces carnosas, que sirven de protección a órganos delicados, como yemas u órganos subterráneos.
  • Las espinas foliares son estructuras duras acabadas en punta que, como hojas que son, desgarran los tejidos al arrancarlas, ejemplo de los cardos, cactos, agracejo, etc.; esto les diferencia de los aguijones, que, por ser modificaciones epidérmicas, se arrancan con facilidad, como es el caso de las rosas.
  • Las ascidias son hojas en forma de recipiente o jarra, presentes en algunas plantas insectívoras como la nepentes.Los filodios son hojas cuyo pecíolo se ha aplanado en forma de lámina con aspecto de hoja, ejemplo de las acacias y eucaliptos.Muchas especies presentan polimorfismo foliar, que consiste en la presencia de hojas de forma distinta, en diversos grados, sobre la misma planta, ejemplo de los vegetales acuáticos como los ranúnculos, o las judías, hiedra, encina, acebo, etc.


Fotosíntesis y respiración

La fotosíntesis tiene que ver con la forma cómo las plantas transforman la energía solar en energía química liberando al mismo tiempo oxígeno y agua y almacenando la energía bajo la forma de carbohidratos.
La respiración se refiere al proceso mediante el cual las plantas toman oxígeno y desprenden dióxido de carbono. Ambos procesos son inversos.
La vida sobre la tierra existe gracias a dos procesos vitales: La fotosíntesis y la respiración.




Fotosíntesis

En la fotosíntesis las células con clorofila de las plantas verdes atrapan una pequeña cantidad de energía luminosa para convertir el dióxido de carbono que toman del aire y el agua que toman del suelo en azúcar y oxígeno que es energía química. Se estudian juntas porque son dos funciones metabólicas antagónicas, pero complementarias ya que depende la una de la otra.
Se ha avanzado mucho, sobre todo en los últimos años, en cuanto a los procesos de la fotosíntesis, aunque todavía hay aspectos que no se conocen suficientemente. El proceso se puede empezar a partir de la siguiente reacción química:
Este proceso se realiza en un organoide llamado cloroplasto que es único y exclusivo de las células vegetales y tienen en su interior la clorofila. Se considera que se produce en dos fases sucesivas: Una, en presencia de luz o reacción fotoquímica y la otra se da en la fase oscura o afotónica.

Respiración 

La mayoría de los seres vivos realizan esta función, mediante la cual toman el oxígeno de la atmósfera y expulsan el dióxido de carbono, además del agua dicho, en otros términos en la transformación de la molécula de azúcar y oxigeno, producto de la fotosíntesis en dióxido de carbono, agua y ATP. Los animales poseen estructuras respiratorias como pulmones, bronquios, tráqueas o piel según sea la especie del animal, mientras que las plantas respiran a través de los estomas de las hojas.
Cualquiera que sea la manera de cómo se incorpora el oxígeno al organismo, el destino es llegar a la célula donde se produce la respiración celular y en organoide especifico llamado Mitocondria que se encuentra en la célula ya sea animal o vegetal. El proceso de respiración no es igual para todas las células ya que existen dos tipos de respiración, según sean los requerimientos de oxígeno por parte de la célula; respiración aeróbica y anaeróbica.